La naturaleza ha comenzado a recuperar el terreno perdido.
Miles de pequeños brotes nacieron de las ramas chamuscadas, de los troncos supervivientes o de las mismas raíces.
Roble nacido de siembra de bellota en la zona quemada
Allí donde había árboles, otros pequeños vuelven a nacer. Las especies de nuestro ecosistema mediterráneo están preparadas para aguantar al fuego y lo van a demostrar.
Pero allí donde no había árboles alguien tendrá que hacer algo para que vuelvan, para darle una oportunidad a la naturaleza.
El viento podría llevar una semilla de pino, algún ratón o arrendajo podría perder una bellota o un humano de una asociación podría plantar un árbol.
Como no queremos esperar y esperar para ver nuestro monte en todo su esplendor, pondremos nuestros arbolitos y veremos qué tal se adaptan.
Gurutxe y Juan Del Barrio Barrio cuidaron de los árbolitos que han donado a Aitakaio para que les busque una casa en Artajona.
Muchas gracias amigos